jueves, 4 de septiembre de 2008

Golpe de moral

No es nada del otro mundo haber pasado una ronda de Copa a partido único en casa, pero la sensación de haberse quitado un peso de encima ayer en Anoeta era patente. Sobre todo en los aficionados, que parecían más conscientes que nadie de lo que había ocurrido. La Real había pasado por primera vez en muchos años una eliminatoria contra un rival de peso, y eso puede resultar un golpe de moral, por romper esa estúpida maldición que nos acechaba y por haber derrotado al menos una vez al que aun hoy parece ser el principal rival de esta liga Adelante.

Mención especial hay que hacer a esta victoria lograda contra todo el sistema del fútbol por el sabio de Tolosa, que ríete tú del de Hortaleza, en un equipo sin delanteros natos. La idea es tocarla y tocarla hasta que salga De Cerio con el rival cansado y la meta. Y a ver si en esas Gerardo marca un golazo en estrategia, Sergio la clava de falta o Marcos hace alguna virgueria. En este caso la primera parte comenzó bastante mal para la Real, con Zubikarai saliendo a los pies del delantero rival a las primeras de cambio y el interior izquierda maño volviendo loca a la defensa de la Real. La Real se fue rehaciendo poco a poco y comenzó a hacer algunas paredes al borde del área rival, algunos ataques por banda derecha... todo ello sin una referencia en ataque clara pero dando al menos muestra de que saben lo que es un balón y que aparte del pelotazo del central se puede subir arriba.

Al descanso la Real daba imagen de por lo menos estar en el partido, lo cual en un partido de Copa es mucho decir, pero al reanudarse el partido tras el descanso la Real se encontró con una jugada de Marcos solo delante del portero que el delantero en funciones culminó con habilidad. 1-0: el experimento de Lillo funcionaba y ahora además con Prieto en lugar de Aranburu. Un Zaragoza que demostró ser incapaz de hacerse con el mando del juego y también de hacer frente a un sistema en el que los defensas maños no tenían a quien marcar: por la derecha lo mismo te aparecían Prieto, Estrada, como Gerardo y alguna vez hasta Carlos Martínez; en la izquierda Moha y Castillo hacían lo propio y por el centro Sergio y Marcos trataban de combinar entre las líneas del Zaragoza.

De todo aquella salieron algunas jugadas de mérito de la Real concretadas en pocas acciones reales de peligro, un remate de Estrada de cabeza desviado y otro de De Cerio tras salir al campo para los últimos minutos. Una Real que por lo menos tocaba el balón y acabó perdiendo tiempo en manos (en pies en realidad, aunque el miércoles los usara cual guantes) de su jugador de más calidad, Prieto, o buscando la portería rival en los arreones de Castillo o Elustondo. Al final el clásico momento de nervios con el Zaragoza buscando el empate con balones a la olla, y los apuros ya inevitables de última hora con la Real con los 'centralaterales' bien cerraditos, los 'lateralinteriores' ídem y Rivas en plan cierre total en la medular.

No se puede recurrir al tópico de 3 puntos importantes, pero al menos ojalá que sea una victoria que dé moral al equipo. Más que para la Copa del Bourbon, que ya que le sobran las que se bebe tiene que repartir una al año, esperemos que sea un golpe de moral para lo que viene en A(a)delante.

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