miércoles, 3 de diciembre de 2008

Déja vu

Celta 0 - Real Sociedad 0

Celta de Vigo: Notario; Edu Moya, Rubén, Peña, Fajardo; Rosada, Michu; Oscar Díaz, Trashorras (Dani Abalo, m.73) , Ghilas (David Rodríguez, m.81); y Dinei
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Labaka, Mikel González, Castillo (Estrada, m.46); Gerardo, Rivas, Aramburu, Moha (Agirretxe, m.70); Marcos (Xabi Prieto, m.62) y Necati

El Celta-Real Sociedad (o viceversa) tiene todas las papeletas para acabar convirtiéndose en un clásico de la segunda división, y más viendo el fútbol que son capaces de desplegar ambos equipos. El del sábado fue un partido calcado del que hace poco más de medio año los equipos ofrecieron a los aficionados de Balaídos. Las circunstancias de ambos conjuntos son demasiado similares, y la cita en el campo fue la repetición de la de la temporada pasada.

Y es que todo se parece sospechosamente: ambos equipos pasando horas bajas, ambos equipos abocados a una ley concursal con pocas o dudosas salidas, ambos equipos en la parte media de la tabla y sin convencer a aficiones. La cita muy similar a la de entonces: un puñado de aficionados realistas junto a un puñado algo más grande de aficionados vigueses en un campo vacío (7.000 espectadores frente a los 30.000 que puede acoger Balaídos). En el terreno de juego dos equipos sosos y aburridos que firmaron un horrible encuentro que acabó en 0-0.

Al término del encuentro, varios jugadores del Celta levantaron la voz, airados, en un medio de comunicación local. Decían estar seguros de haber merecido la victoria, y atacaban a la Real Sociedad por haber salido a amarrar el resultado. Un equipo que supuestamente juega el ascenso, juzgaba, no puede saltar a un campo de esa manera. Pero lo cierto es que su propio entrenador no se mostró del todo de acuerdo con esa versión. El empate fue lo más justo visto el partido, y no por igualdad de méritos, si no por igualdad en escasez de ideas.

La Real volvió a realizar un partido sobrio en defensa y volvió, también, a mostrar su falta de ideas y de capacidad ofensiva. Durante toda la primera parte el Celta dominó el partido pero sin meterle miedo a Bravo. Tras el descanso algo cambió y el encuentro ofreció una mejora en lo que al centro del campo se trata. Vamos, que fue más un tuyo-mío. Ambos equipos gozaron de balón y ambos equipos tuvieron llegadas al área. Pero el partido se cerró con sólo una ocasión por camiseta. Una de la Real en la que Estrada se equivocó al rematar y una del Celta que llegó, además, de un fallo del conjunto txuriurdin.

Lo mejor de todo el partido fue la vuelta de Xabi Prieto y la demostración, además, de que el interior donostiarra regresa con ganas y sin miedos, tras las lesión sufrida. El futbolista mostró destellos de calidad y es de esperar que en las próximas semanas, recuperado el ritmo de la competición, vuelva a ser el toque que el equipo necesita para dar un paso adelante ofensivamente.

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