domingo, 1 de febrero de 2009

Hacia arriba

UD Las Palmas: Santamaría; David García, Juanpa, López Ramos, Dani López; Darino (Amaral, min. 69); Pablo Sánchez (Gerardo, min. 63), Nauzet Alemán, Jorge, Sergio Suárez (Saúl, min. 56); y Marcos Márquez.
Real Sociedad: Bravo; Gerardo, Ansotegui, Labaka, Castillo (Carlos Martínez, min. 88); Márkel Bergara, Rivas, Aranburu, Xabi Prieto; Agirretxe (Míkel González, min. 62); y Abreu (Necati, min. 77).
Gol: 0-1, min. 15: Abreu, de penalti.

Tengo una amiga que cuando juega la Real después siempre me pregunta por el partido. Haya ganado o no, siempre pregunta: "¿qué tal la Real?". Por desgracia, las opciones de respuesta dejan muy poco espacio para la improvisación. La inmensa mayoría de las veces un escueto "mal" hace reflejo de la realidad, aun incluso cuando la Real haya ganado.

La víctoria de ayer hay que valorarla como lo que es. Tres puntos valiosísimos logrados a pesar de la inferioridad numérica, trabajados y sudados. Pero para nada merecidos. El juego de la Real, ni en igualdad numérica, fue aceptable. Lillo dibujó ayer en su pizarra una Real nueva, sin bandas y con una doble punta que suponía el estreno de Abreu como titular. Los donostiarras debían jugar por el centro, según dijo posteriormente el mister, buscando la fragilidad en la zaga local. No fue así, porque todos los intentos realistas morían en el centro del campo, en una batalla por dominar el partido que los de Lillo, en ningún momento, lograron ganar.

Pero ayer la fortuna se alió con la Real, o mejor dicho Darino quiso hacer un regalo al conjunto txuriurdin cometiendo un claro penalti sobre Abreu. 'El Loco' fue el encargado de lanzarlo, estrenándose así como goleador en su recién estrenada aventura realista. Los canarios dominaban el partido, gracias a la presión que ejercían sobre la salida del balón de los de Lillo. La rigurosa expulsión de Markel Bergara le allanó el camino al conjunto local, que se volcó de cara a la portería de Bravo, quien volvió a tener una gran tarde.

Tras el descanso la Real trató de aguantar estoicamente cada intentona de Las Palmas. El conjunto entero se sacrificó en defensa y el propio Abreu fue el encargado de despejar algunos de los balones colgados en los muchos córners que gozó Las Palmas. Así, la zaga realista y Bravo se encargaron de mermar la moral local. La Real todavía disfrutó de varios minutos de arreones, y tuvo la oportunidad de cerrar el marcador un par de veces. Cerca del final Necati, que salió desde el banquillo, estuvo a punto de marcar desde lejos, al ver al portero local adelantado. Pero los minutos finales fueron de auténtico infarto para la Real. Durante cuatro minutos hubieron de repeler los últimos intentos de Las Palmas, que lo intentaba ya a la desesperada. Con el pitido final, los jugadores celebraron exhaustos una victoría trabajada y vital, siete días antes de recibir al Zaragoza en casa.

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