Las películas románticonas nos venden el cuento de que las niñas, desde pequeñas, sueñan despiertas con el día de su boda. Yo siempre me salí un poco de las directrices y es que desde que tengo uso de razón he soñado despierta, sí, pero no con ese día. Desde pequeña pensaba en ese 2009 que veía tan lejajo, y soñaba con cómo sería, cómo se vivíría, cómo se celebraría, cómo lo disfrutaría...me refiero, obviamente, al centenario de la Real. Sí, mis niveles de 'frikismo' llegaban -y llegan- hasta tal punto. Y el de ayer no por previsible fue un mazazo menor. Al final, salí de Mendizorroza con la certeza de que este equipo va a vivir un centenario que no estará a la altura de su historia. En Segunda, sin dinero, sin esperanzas y sin ilusiones. Y ese, fue un golpe duro de encajar.
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