lunes, 6 de abril de 2009

Vuelta a las andadas

Real Sociedad: Zubikarai; Ansotegi, Mikel González, Labaka; Gerardo (Xabi Castillo, min. 60), Markel (Rivas, min. 75), Aranburu, Sergio; Marcos (Agirretxe, min. 45), Xabi Prieto y Abreu.

Gimnástic:
Rubén Pérez; Campano, Mairata, Medina, Mingo; Diop, Bauzá, Jandro (Redondo, min. 67), Jose Mari (Moisés, min. 90); Casadesús, N'Gal (Alba, min. 85)

Un empate después de 4 victorias seguidas no es muy mal resultado. El problema es que la Real no estaba luchando entre los de cabeza, sino que luchaba por acercarse a ellos, teniendo que ganar todo lo posible en los partidos que quedan. Además de contra el tiempo lucha contra unos equipos que están fallando lo justo. Así pues, el empate del otro día en Anoeta puede resultar un paso atrás sin vuelta para un equipo que ni siquiera estaba clasificado para la carrera final del ascenso.

Y sobre todo deja una muy mala imagen de la Real. La Real había encarrilado 4 victorias seguidas con un acierto ante la portería rival sencillamente espectacular. Con el resultado a favor había tenido ráfagas de buen juego y sobre todo acierto para controlar los partidos, pero no podía seguir marcando todo. Si el sábado hubiera marcado el penalty o Aranburu hubiera acertado en el remate como en el anterior partido en casa las carencias de la Real habrían pasado más inadvertidas, pero había de llegar el momento en que la fortuna no nos sonriese tan de cara.

El esquema asimétrico de Lillo (muy alabado por su planteamiento en Castelló), el cual hizo bien en mantener ya que estaba dando buenos resultados, dejó sus carencias a la vista. Un Marcos absolutamente desasistido en banda izquierda apenas entró en juego (en casa interviene mucho menos que lejos de Anoeta) y Prieto metió algunos centres pero tampoco consiguió entenderse demasiado con un Gerardo perdido como de costumbre. Pero lo peor era el centro del campo, Markel estuvo muy voluntarioso pero desbordado, Aranburu estuvo pobre y fallón ante puerta y Sergio era de los menos malos pero sin hacer tampoco demasiado hasta su lesión. Así las cosas, la Real dependía de alguna acción desequlibrante de sus 3 mediapuntas (Marcos, Sergio o Prieto) y alguna conexión con Abreu. Pero esta vez la flauta no sonó.

Sin demasiado juego pero la Real tuvo sus alternativas en una primera parte con opciones para los dos bandos. De la banda derecha realista llegaron algunas acciones como un claro remate de cabeza de Aranburu que se marchó fuera o un centre de Prieto que pego en la mano del defensor (ya no andamos tan mal de árbitros) y que forzó el penalty con el que Abreu acabó de redondear una mala tarde. En la primera parte hizo algo bajando balones y peleando, en la segunda, cansado por el viaje o por lo que fuere, ni eso. La Real perdonó esta vez y no fue capaz de encarrilar la victoria y jugar cómodo.

Con la presión de tener que ir a por el partido, la segunda parte fue un partido sin control en el que los visitantes movieron el balón con mucha más fluidez que los locales. La lesión de Sergio dejó a la Real más descabezada aún y la entrada de Agirretxe en posición de media-punta o segundo delantero atrasado para subir el balón no aportó nada al equipo. Con Aranburu y Markel mal en tareas de conducción, Marcos sin recibir balón, Agirretxe lejos del área y Abreu missing, sólo alguna acción de Prieto creo peligro pero los principales problemas fueron para la Real que tuvo problemas con la velocidad de N´gal (bien cubierto por Ansotegi pese a la rapidez del punta) y la calidad de Victor.

La entrada de Castillo y la necesidad de los 3 puntos dieron alas a una Real que buscó el gol con más corazón que cabeza. Mikel Gonzalez, reconvertido a la derecha a la entrada de Castillo tuvo una buena ocasión pero al final fue el Nastic el que se mostraba más cerca del gol en ese toma y daca, y fue gracias a Zubikarai el que no se marcharán con los 3 puntos. La entrada de Rivas por Markel demuestra que, además de los problemas físicos de Markel, la Real necesitaba controlar el centro del campo pero ni con el manchego en el campo fue así. La Real buscó la portería rival con ganas pero sin ideas y al final dio la sensación de que era el Nastic el que podría llevarse los puntos.

Empate sin goles al final en Anoeta, y una Real que volvió a las andadas, antes de lo esperado. Lo habitual suele ser que cuando nos ponen el caramelo en la boca, nos lo quiten y nos quedemos con cara de tontos; es decir, que cuando nos acercamos a puestos realmente importantes lo mandamos todo a freír espárragos en poco tiempo. Lo más esperado era que la Real siguiera ganando partidos para estando a punto de colocarse entre los 3 primeros empezar a perder otra vez. Pero no ha sido así. Esta vez hemos caído antes aún.

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