Nástic: Rubén, Campano, Medina, Mairata, Mingo (Fachán, m. 45), Miguel Ángel, Bauzá, José Mari, Morán (Rubén Navarro, m.62), Walter y Roberto (N'Gal, m. 79).
Real Sociedad: Riesgo, Estrada, Ansotegi, M. González, De La Bella, Elustondo, Rivas, Nsue (Griezmann, m.94), Xabi Prieto, Jonahan (Markel Bergara, m.73) y Agirretxe (Bueno, m. 73).
Goles:
0-1: Agirretxe, m. 62
1-1: Roberto, m. 66
1-2: Bueno, m. 93
A veces basta tan sólo un instante para convertir en un éxito algo que era de color gris. Suele ser una línea muy estrecha lo que separa lo corriente de lo genial. Si se tiene suerte, no es necesario ni atravesarla del todo. Y si no, que se lo digan a la Real Sociedad. Lo malo de esos pequeños momentos que provocan la euforia colectiva es que van acompañados de una dosis de amnesia que impiden después hacer un juicio real sobre las circunstancias que han llevado a esa situación. Y, en el caso de la Real, es necesario hacer un importante ejercicio de honestidad para ser capaces de separar los tres puntos de ayer con lo que realmente ocurrió en Tarragona.
Puede que sea muy pronto para valorar al equipo, pero en las tres jornadas de Liga la Real se ha mostrado como un equipo irregular. Ante el Nástic, el conjunto txuriurdin tuvo ocasiones para ganar el partido, incluso para sentenciarlo. Pero también para perderlo. Es el equipo de la cal y la arena, capaz de lo mejor, pero también de lo peor. La Real está coja, asimétrica. Y Lasarte debe enmendar cuanto antes las debilidades del equipo para que no se conviertan en taras.
Por que sí, es cierto que Prieto ayer hizo un gran partido, saliendo de mediapunta y convirtiéndose en el líder omnipresente del ataque realista. Y sí, es cierto que Mikel González ofreció ayer una imagen muy mejorada que apunta a ese central que todos recordamos y que debe mandar en la zaga realista. Pero no es menos cierto que Jonathan no ha demostrado porqué se decidió en verano que vistiera la elástica txuri urdin, o que De La Bella no es el futbolista que demostró en pretemporada, o que Estrada no tiene nivel para sustituir al lesionado Carlos Martínez. Y lo que es más importante aún, que Elustondo, un jugador que personalmente me encanta, no está al nivel necesario para liderar al equipo.
Y es en el centro del campo donde se pierden las batallas. A falta de un ejercicio de presión sobre la salida de la pelota del equipo rival por parte de los jugadores más adelantados del equipo, el centro del campo realista no se impone, no consigue vencer en las pequeñas disputas tienen lugar en el centro del campo. Y el Nástic salió a jugar arriba, a hacer daño. Y la Real le dio todas las facilidades del mundo para llegar hasta el área.
El partido empezó bien. Nada más comenzar una jugada de Nsue, Prieto y Agirretxe dio chispa al encuentro. Pero los siguientes minutos fueron todos de color local. Riesgo hubo de intervenir un par de veces y la zaga realista se mostró algo nerviosa ante las internadas de Jose Mari, aquel del A. Madrid, que ayer volvió loco a De La Bella.
Arriba, Prieto y Nsue se cambiaron de posiciones. Lasarte mandó al donostiarra al centro, y si bien Nsue perdió frescura Prieto mostró su mejor versión. El 10 txuri urdin estuvo omnipresente, pidiendo la pelota, mandando y creando fútbol.
Tras el descanso la Real comenzó a aprovecharse del juego ofensivo del Nástic. La presión realista dio frutos y el equipo txuri urdin firmó sus mejores minutos. Xabi Prieto servía balones, regates, delicias y ocasiones. Y también goles. El tandem Agirretxe – Mikel González dio el primer gol del partido para la Real, un tanto merecido. Poco antes un disparo de Jonathan fue repelido por el larguero. Poco duró la alegría. Apenas cuatro minutos después Roberto empató el partido. Un guión repetido hasta la saciedad.
Puede que sea muy pronto para valorar al equipo, pero en las tres jornadas de Liga la Real se ha mostrado como un equipo irregular. Ante el Nástic, el conjunto txuriurdin tuvo ocasiones para ganar el partido, incluso para sentenciarlo. Pero también para perderlo. Es el equipo de la cal y la arena, capaz de lo mejor, pero también de lo peor. La Real está coja, asimétrica. Y Lasarte debe enmendar cuanto antes las debilidades del equipo para que no se conviertan en taras.
Por que sí, es cierto que Prieto ayer hizo un gran partido, saliendo de mediapunta y convirtiéndose en el líder omnipresente del ataque realista. Y sí, es cierto que Mikel González ofreció ayer una imagen muy mejorada que apunta a ese central que todos recordamos y que debe mandar en la zaga realista. Pero no es menos cierto que Jonathan no ha demostrado porqué se decidió en verano que vistiera la elástica txuri urdin, o que De La Bella no es el futbolista que demostró en pretemporada, o que Estrada no tiene nivel para sustituir al lesionado Carlos Martínez. Y lo que es más importante aún, que Elustondo, un jugador que personalmente me encanta, no está al nivel necesario para liderar al equipo.
Y es en el centro del campo donde se pierden las batallas. A falta de un ejercicio de presión sobre la salida de la pelota del equipo rival por parte de los jugadores más adelantados del equipo, el centro del campo realista no se impone, no consigue vencer en las pequeñas disputas tienen lugar en el centro del campo. Y el Nástic salió a jugar arriba, a hacer daño. Y la Real le dio todas las facilidades del mundo para llegar hasta el área.
El partido empezó bien. Nada más comenzar una jugada de Nsue, Prieto y Agirretxe dio chispa al encuentro. Pero los siguientes minutos fueron todos de color local. Riesgo hubo de intervenir un par de veces y la zaga realista se mostró algo nerviosa ante las internadas de Jose Mari, aquel del A. Madrid, que ayer volvió loco a De La Bella.
Arriba, Prieto y Nsue se cambiaron de posiciones. Lasarte mandó al donostiarra al centro, y si bien Nsue perdió frescura Prieto mostró su mejor versión. El 10 txuri urdin estuvo omnipresente, pidiendo la pelota, mandando y creando fútbol.
Tras el descanso la Real comenzó a aprovecharse del juego ofensivo del Nástic. La presión realista dio frutos y el equipo txuri urdin firmó sus mejores minutos. Xabi Prieto servía balones, regates, delicias y ocasiones. Y también goles. El tandem Agirretxe – Mikel González dio el primer gol del partido para la Real, un tanto merecido. Poco antes un disparo de Jonathan fue repelido por el larguero. Poco duró la alegría. Apenas cuatro minutos después Roberto empató el partido. Un guión repetido hasta la saciedad.
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