martes, 25 de septiembre de 2007

Las dos caras

El partido de este fin de semana tuvo varios protagonistas y uno de ellos, una vez más, volvió a ser el número 24 de la plantilla. Xabi Prieto, ese jugador que tanta polémica ha desatado en el entorno realista sin él buscarla. Dejando de lado la ya cansina cháchara sobre su renovación o no, llena de intereses y mentiras por doquier, Prieto encarnó el sábado lo que ha sido la Real Sociedad en este inicio de Liga.

Prieto es de esos jugadores que despiertan opiniones encontradas en las gradas. Frío en el campo y parco en palabras siempre, Xabi ha conseguido, con su fúbtol, enamorar a muchos de los aficionados que han visto en él la perla de la cantera, el referente de Zubieta y la futura confirmación de una gran promesa. En cambio, no son poco también los que, quizás arrastrados más por esa aparente indolencia en el campo, han convertido al jugador en el blanco de sus críticas.

No hay duda de que Prieto probablemente sea el futbolista más técnico y de mayor calidad que tiene la Real Sociedad en estos momentos (o al menos uno de los que más a otros que se le presuponen todavía no se les ha podido ver) y no cabe duda tampoco, de que su "actitud" en el campo no es siempre la más adecuada. Xabi Prieto debe ser el referente, este año al menos, de este joven equipo que con la cantera como abanderada pretende volver a Primera y devolver la ilusión de Gipuzkoa. Pero el año pasado, casi día tras día, Prieto se estrelló contra ese muro, incapaz de echarse el equipo sobre las espaldas, como debería de esperarse de un jugador de su calidad.

Despés del partido del sábado distintas voces, desde radios, teles, periódicos, foros de opinión y demás, han encumbrado su actuación. Parece que la grada vuelve apoyar al futbolista, que, realmente demostró el sábado un alto nivel. Pero ni antes era tan malo ni ahora tan bueno. Su calidad sigue estando ahí, y el sábado demostró que, a la mitad de su potencial, es el referente -o uno de ellos- de este equipo. Siempre mira hacia arriba, es atrevido, peligroso, voluntarioso, tiene velocidad, visión de juego, y además, se entendió a las mil maravillas con Gerardo. Pero todavía le falta un poco de orgullo, de confianza, de descaro y sobre todo, de apoyo. Pero, por supuesto, también de crítica. No se puede permitir alguien que jugó así el sábado y que es tan vital para este equipo se pase una temporada entera desaparecido. Y menos aún se puede permitir que se quede estancado en el partido contra el Elche, hay que obligarle y exigirle que vaya todavía un poco más allá y que realmente demuestre que es el hombre de referencia de este equipo.

Algo parecido pasa con la Real. Una parte de la afición, una gran parte, quemada por las distintas decisiones -o no decisiones- de la Real y su entorno durante este verano vio en el mal juego del equipo un perfecto blanco para descargar sus iras. Un incio de temporada más bien gris. Dos victorias fuera y dos derrotas en casa. Un quinto partido decisivo, en el que perder acabaría por desesperar al poco público de Anoeta y ganar podría crear falsas expectativas en el horizonte. Que aquí somos muy de extremos.

Y la Real ganó. Y lo que es más convenció. Gente que aseguraba que Prieto debería estar en la grada puesto que no demostraba eso que se supone que tiene, cambió de opinión. Gente que afirmaba que la Real debía luchar por no bajar, puesto que no había nada para hacer creer lo contrario, cambió de opinión. Ahora, de repente, empiezan a salir voces -en su mayoría de los medios de comunicación- que "inflan" este inicio liguero. Basándose en estadísticas -siempre las estadísticas- resulta que estamos (¡tras sólo cinco jornadas!) en números de ascender. Y además, resulta, que Xabi Prieto se confirmó como un gran jugador.

Empezamos a lanzar campanas al vuelo que en cuanto dejemos de oír volveremos a acusar. Parece que tanta lección no sirve de nada y hemos olvidado ya los muchos golpes del pasado (cercano). La Real jugó el sábado un buen partido, bien trabajado, bien planteado, pero con errores y con un rival algo perezoso y acongojado en frente. Queda mucho por delante y hasta ahora los resultados nos avalan pero no así el juego. Por ello, crear falsas expectativas no lleva muy lejos, así que no sólo el equipo, sino la afición, deberá ser consciente de lo que queda por delante. Es imposible que un día seamos una banda y al día siguiente un claro candidato al ascenso. Habrá que apoyar y exigir en los momentos malos y en los buenos exigir y apoyar. Por ese orden. Que siempre se puede mejorar.

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