Cambios

Costará mucho olvidar el 2007. Y es que, el año que se esfuma no sólo ha sido el de la materialización de ese descenso que ha rondado tantos años, sino que la Real se ha metido de lleno en la peor de las crisis institucionales que ha vivido en su vida, a las puertas de sus centenario. Una situación que ha degenerado en los últimos seis años y que ha situado a la Real al borde de la guerra civil...

Pero no venía yo a hablar de ello, sino de cómo ese descenso ha obligado a toda la afición txuriurdin a afrontar la realidad de un modo diferente. En mi caso, ese mal momento, esa mala “realidad" anunciada pero no por ello asimilada, fue, a su vez, un punto de inflexión.

El otro día vi unas imágenes en la ETB -más conocida como BTB- del partido de Valencia. Nunca vi repetido nada del Sadar ni tampoco nada de Valencia. Hasta el otro día. En cierta ocasión vi la repetición del penalti de Savio contra el Racing en youtube y ya sangraron demasiado las heridas así que por ello, al margen de ver algunas fotos del partido de Valencia, nunca me atreví a ver vídeos.

Ver el otro día las míticas imágenes de aficionados llorando y jugadores desolados, algunos con lágrimas, otros sentados en el campo, a los que el equipo contrario va a animar me hizo recordar a esas imágenes que todos los años se ven en la tele cuando un equipo desciende. Cuando OTRO equipo desciende. Esa es la clave. Viendo ese vídeo no conseguía hacerme a la realidad de que eramos nosotros los que habíamos vivido esa situación, era como si aquellos de blanco y azul fueran otros. Y a la vez, era demasiado doloroso y palpable. Una curiosa contradicción que no sé explicar. Y que duele. Pero -y he aquí lo más curioso-, lo que me duele no es estar en Segunda, sino el descenso. (Yo me entiendo).

Y es en esa contradicción incomprensible donde nace el punto de inflexión. Hablo de lo que he dicho de que estar en Segunda no duele (y lo digo de verdad). Y es que, este año he aprendido a ver, sentir, amar, querer, vivir, seguir... a la Real de una manera más "sana", más real, auténtica y más especial, y debo de decir, además, que ahora me llena más de orgullo la real, mi real, gure erreala. Y si de eso ha servido la segunda división, bienvenida sea. Lo cual no quita para que quiera que ganemos siempre y volver a primera, pero ya no duelen ni escuecen las derrotas. Duele más ver en qué puede convertirse este equipo y es que si estar en primera implica ciertas formas, prefiero quedarme donde estamos.... el fin no justifica los medios, que dicen.

No duele el presente, y sin embargo, al recuperar los recuerdos de ese día, sigue escociendo la herida… Pero al final, en la balanza que equilibra lo bueno y lo malo saco de conclusión que....me aporta TANTO estar enamorada de la Real...