Con el cambio de año la Real estrena presidente, ilusión, proyecto, nombres, imágen. Después de la Junta de Accionistas del pasado 3 de enero todo parece distinto en el entorno del club txuriurdin y se respira un ambiente diferente en las calles de Donosti. Sin embargo, de momento, el futuro cercano del equipo no difiere mucho en lo visto hasta ahora; se necesitarán un par de semanas para que el trabajo de Badiola comience a tomar formas con las incorporaciones de sus fichajes, la resolución al problema Coleman, y la puesta en marcha de la ya archi-famosa 'due diligence'.
Pero, mientras, la Real juega mañana en Salamanca, un partido que ha pasado desapercibido por los acontecimientos que han rodeado al club en los últimos días y un encuentro en el que, tras el parón navideño, el equipo tiene la oportunidad de demostrar sus candidatura al ascenso. Y es que, estas Navidades han tenido -en lo fubtolístico- un sabor dulce. Después de un mal inicio liguero el equipo comenzó a remontar la situación y llegó a fin de año a tres puntos del ascenso y con la confianza que da el llevar nueve jornadas consecutivas conocer la derrota.
Mañana es el momento que tiene Coleman y su equipo de demostrar que este proyecto es válido. Que con confianza, paciencia y un par de incorporaciones la Real tiene serias aspiraciones de subir a Primera. Es el momento para que Coleman le demuestre a Badiola en el campo porqué no quiere cinco fichajes, porqué confía en la cantera, porqué cree en su filosofía. Y mañana es el momento de que se dejen de lado fichajes, promesas, ruegos, peticiones, balances y demás para mirar al campo y ver lo que este equipo tiene que decir. Como lo lleva haciendo meses sin que nadie le haga caso.
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