viernes, 19 de diciembre de 2008

Doce meses

Escribia, hace más o menos doce meses, que la Real se acercaba al principio de su fin y lo hacía repitiendo errores del pasado. Palabras que salían en relación con la junta de accionistas que propició el enésimo cambio de Consejo en los últimos años, una puñalada más que hería aún más a la maltrecha masa social que sigue este club.

La elección de Badiola no fue nunca de mi agrado, una postura que se ha consolidado a lo largo del 2008, pero si algo hubo, en su día, que reconocerle al actual presidente, es que parecía haber puesto en común, al menos, a la afición txuri urdin, que, en su mayoría, afirmaba estar ilusionada con la entrada de Badiola a la Real.

Doce meses después, la fractura social vuelve a ser más acuciante que nunca. Doce meses después nos plantamos ante la posibilidad de un nuevo cambio. No sé si de rumbo, porque no recuerdo el último presidente que miró por los intereses del club más allá de los suyos propios, su ego o su carrera profesional.

La Real necesita coherencia, necesita revisar su historia, corregir errores, amoldarse al presente, recuperar su naturaleza, sus valores, sus principios. Pero sobre todo, necesita una alternativa. Una vía que aglutine todos esos requisitos que pudieran suponer la solución y la salvación para un club que no merece, en vísperas de su centenario, el destino cruel y ridículo que está viviendo en plena madurez.

Pero la triste realidad es que esa alternativa no existe. Y se me encoge el corazón cuando el pesimismo me pregunta: ¿qué será de la Real dentro de doce meses? Miedo me da.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mas de unos pocos y menos de todos... Espiral iniciada por Denon. Ganas de dejarlo todo me entran, pero no lo hare, no les dare ese gusto