Hay muchos caminos para llegar a un mismo destino. Y muchos destinos posibles de un mismo camino. No siempre es fácil conjugar los que queremos, a veces aparecemos donde menos esperamos y otras tardamos una eternidad en encontrar la senda que necesitamos. Pero cualquier contratiempo no nos impide sentirnos igualmente orgullosos de lo logrado, siempre que en el trayecto hayamos aprendido algo.
Resulta enormemente ventajista, a la par que hipócrita, defender que el Consejo ha hecho este año una apuesta por la cantera. Hace demasiado tiempo que Zubieta no es un valor en el que invertir para los que dirigen este club. Sin embargo, los errores cometidos una y otra vez, las piedras que han hecho tropezar al club han llevado a una situación de necesidad total. No ha habido más remedio que recurrir a esa olvidada y desprestigiada cantera.
Durante años hemos visto desfilar por el vestuario de la Real a grandes fichajes. Los Aldrigde, Richardson y cía abrieron camino a los Kodro, Kovacevic, Karpin, Nihay y demás incorporaciones que han sido un gran acierto deportiva y económicamente. Lamentablemente, en la última década la lista de foráneos que ha vestido la camiseta de la Real (con honrosas excepciones) no sólo no ha mejorado lo presente sino que ha mermado el trabajo de Zubieta.
Ahora llega la hora de los de casa. Ese momento que, desde este blog, hemos defendido siempre. Y probablemente se equivocarán. Ese no es el problema. El problema es que los que ahora les encumbran no alcanzarán a tener paciencia para apoyarles cuando fallen. Y entonces echará a rodar de nuevo el círculo vicioso.
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