Si os soy sincera, durante todo el mes de verano he estado un poco desconectada de la actualidad realista, así que cuando sonó mi despertador hace unos sábados para ir a Gijón a ver el primer partido de Liga (el correspondiente a la segunda jornada), estaba ilusionada por el arranque de una nueva temporada pero algo escéptica respecto a lo que pudiera encontrarme en el campo. Era de la opinión de que la Real tenía un conjunto más pobre que el año pasado y que los refuerzos, escasos, habían llegado demasiado tarde. Pero lo que vi en el Molinón y lo que viví en Anoeta el pasado fin de semana, me gustó.
No, no os equivoquéis. No comparto esas mentes ilusas e ilusionadas que ya creen ver posibilidades donde todavía no hay ni imposibles. Tan sólo reconozco que me he quitado las gafas de sol y con ellas se ha ido el escepticismo veraniego. Sigo pensando que tenemos un equipo limitado, una defensa propensa a errar -aunque me ha encantado la casta de Iñigo Martínez-, que cojeamos en la línea de gol -aquí una defensora de Agirretxe en todas las últimas temporadas-, y que nos caeremos muchas veces.
Pero me ha gustado Martínez. Me ha encandilado Illarramendi. Me encanta ver a Agirretxe marcando goles (ojo al dato de que nuestro 9 ya casi lleva la mitad de goles que los máximos goleadores del equipo el año pasado). Me gusta las pinceladas que hemos podido ver del míster y cómo no, me encanta ver Zubieta en el césped de Anoeta. Mañana visitamos Sevilla. Pase lo que pase, yo ya tengo ilusión en este equipo. Sean cuales sean su metas.
Aunque espero que la meta de este equipo no sea otra que tener los pies en el suelo y seguir creciendo poco a poco, zancada a zancada.
1 comentario:
A mí me encantó Illarramendi contra el Barça, que ha sido la única vez que lo he visto. ¡Tiene muy buena pinta el chaval!
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