jueves, 8 de febrero de 2007

Amets bat

Rebosa ilusión la foto con la que hoy han adornado los periódicos la crónica de la Real. Realmente idílica la estampa de los niños con la pancarta "Reala beti bihotzean". Reflejo del compromiso que tiene esta pequeña provincia con su equipo, pequeños seguidores de un pequeño equipo con una gran afición. Y podríamos estar así horas y horas. Lo cierto es que mientras veíamos la foto aparecían a la vez los datos de la gente que se ha dado de baja de abonado. Y bueno, lo cierto es que para el espectáculo que nos brindan en Anoeta, pocos son. Imagino que en gran medida la razón de estas bajas será el pésimo espectáculo combinado con la falta de ilusión de una dinámica deportiva nefasta. (Combinado claro está con la situación económica de cada cual que conozco quién no se da de baja por que se lo pagan, y quién se da de baja porque no tiene más remedio). No me hago ilusiones respecto a la razón de esas bajas, y mucho menos pretendo hacer demagogia con ello. Pero cabe recordar que para un equipo genere ilusión entre la gente, para que realmente se mantenga ese vínculo con los niños de la provincia y no se hagan todos directamente del Madrid o del Barcelona se necesitan dos cosas. Dos cosas me refiero a por lo menos una de ellas, y ambas ya sería el remate final:

a) Identificación (lo que hemos tenido hasta hoy en día).
b) Buena dinámica deportiva (intermitente la hemos tenido y no).

Los que se bajan del carro ahora (razones económicas aparte) posiblemente sean de los segundos. De los que quieren que su equipo vaya bien (¿acaso no lo queremos todos?pues sí, pero no es lo único) y les de un espectáculo digno uno de cada dos fines de semana. Y es que Anoeta hoy en día ya ni ofrece eso. Incluso en la Roma clásica pan no te darían pero circo de vez en cuando sí. En Anoeta el espectáculo bascula entre la comedia y la tragedia griegas. Y la verdad, para eso casi mejor ir al cine.

Los que querríamos otra identificación con el equipo más allá de la compraventa de peones en un espectáculo audiovisual en diecto (en lo que se ha convertido hoy en día el fútbol) podemos ser muy críticos con el equipo, y estar hasta harto de ellos. Pero ese gusanito que nos entró y ahora no podríamos expulsar nos obliga a seguir acudiendo a Anoeta. Por muy decepcionado y poco identificado que se sienta uno, al final el vínculo se mantiene. (El problema es que a este paso los nuevos vínculos no se formarán porque si ni somos un equipo puntero ni jugamos con gente de la casa, nada nos librará de ser un equipo vulgar).

Pero hay quien logró rompar ese vínculo. Entre todas las bajas que se hayan producido en Atotxa y Anoeta hay una por lo menos que es un caso especial. Berezi. No sé si es el único. Pero desde luego es destacable. Responde a las iniciales I.O. y es una persona en general de principios muy claros y muy coherente con ellos. Radical, en el sentido más amable de la palabra en cuanto a ir de raíz al problema y abordarlo directamente. I.O.....bah, vaya tontería de iniciales. Se llama Ibon. Ibon....dejo de ser socio en Atotxa la primera vez que la Real fichó un extranjero. Según él si la Real se convertía en un equipo en el que lo importante fuese el resultado únicamente y no el reflejo de una provincia, de una gente, nada le ataba a ese club. Lo hizó cuando la Real fichó a uno. De toda la plantilla uno sólo que llegaba a la Real sin ser un jugador de casa. Y dijó que seguiría sin ser socio hasta que volviesen a jugar con los de casa únicamente.

Bien, no hace falta que diga que no volvió a pisar Atotxa y por Anoeta no ha estado nunca. No creo que haya ido al rugby ni a U2. El atletismo le gusta, le preguntaré si ha ido alguna vez.

El caso es que Ibon es posiblemente el mejor ejemplo de un fútbol que acabo. De un deporte donde los equipos representaban algo y la gente defendía colores que sentía. Hoy leía a un jugador de la Real que defendería la camiseta de su equipo igualmente en cualquier partido. El año pasado defendió la suya contra la Real. Jugaba en el equipo al que se fue cuando el equipo del que fue canterano no contaba con él. Eso es hoy día el fútbol. Ese jugador afirma que le gustaría jugar con la Real en primera el año que viene. Que un jugador tenga que decir eso....

En fin, la postura de Ibon es todo lo inútil, radicalizada, utópica, ... que se quiera. Pero probablemente sea el más coherente de todo este circo. El único que sabía que le gustaba del fútbol y que representaba para él un escudo, una camiseta y unos colores. No eran un valor en si mismo, sino que eran un símbolo. La Real no era lo importante, sino lo que la Real representaba. Y él era parte de eso. La Real estaba dirigida a él, y no él a la Real. Y consecuentemente actuó. Tengo que reconocer que no he sido capaz de eso.

1 comentario:

Unknown dijo...

Cuánta razón... no se dan cuenta que el mayor problema no es bajar a Segunda División sino no conseguir ilusionar a los aficionados de mañana...