Real Sociedad 0 - Sporting de Gijón 1
Real Sociedad: Riesgo; Gerardo, Labaka, Víctor López, Castillo; Garitano, Aranburu, Xabi Prieto, Vaughan (Novo, min. 60); Díaz de Cerio (Uranga, min. 69) y Delibasic (Skoubo, min. 69). Sporting de Gijón: Roberto; Sastre, Gerard, Iván Hernández, Canella; Michel, Matabuena, Kike Mateo (Omar, min. 78), Morán (Pedro, min. 77); Diego Castro (Cámara, min. 87) y Barral.
Gol:
0-1. Diego Castro (min. 83)
La primera en la frente, reza el título de este artículo. Más bien sería la segunda, porque aquella ya cayó en Soria hace ocho días. El caso es que ayer era un partido de los de sí o sí. Era el momento de situarse y demostrar a todo el mundo (afición, equipo, rivales) a qué aspiramos esta Liga. El resultado fue más bien pobre.
Se podría hablar de los mismos fallos de siempre: jugadas a balón parado mal defendidas, centro del campo desastroso y últimos minutos faltos de concentración. Pero realmente, incidir siempre en lo mismo es absurdo cuando no se va a lograr nada. Una ya ha perdido toda esperanza porque se solucione alguno de esos cansinos problemas.
Sin embargo, del partido del sábado hay que destacar algo. Y es la falsa ilusión que dejó la primera parte. Es cierto que durante esos 45 minutos iniciales la Real pudo haber marcado pero no es menos cierto que el Sporting tuvo el partido dominado en todo momento. Dejó hacer a un equipo que no creó como en sus mejores días. Quizás porque Aranburu ya ha dejado prácticamente claro que jamás volverá a ser el que fue, quizás porque Vaughan estaba tocado, quizás porque Prieto tenía "un día de esos". O quizás por el Sporting demostró que este año tiene una buena apuesta para ascender. Tácticamente, nos dio un baño. Perfectamente replegados cuando teníamos la pelota, salía al contragolpe con bastante peligro. Entre medias, unas cuantas ocasiones que los txuriurdin no acertaron a convertir en tantos. Nos falta gol. Nos sigue faltando gol.
La segunda parte fue el acabose. El Sporting, cansado de esperar, decidió tomar la iniciativa. Y ahí es donde sacó los colores a la Real. Un centro del campo horrible, una "cualidad" que se acentuó con la salida de Novo, sirvió para que los gijoneses llegaran como y cuando querían hasta la zona de peligro de la Real, donde la defensa donostiarra demostró una y otra vez su gran calidad. Cuando ya la familia de Anoeta se las prometía felices y soñaba con el empate inmerecido llegó, una vez más, el jarro de agua fría. A falta de escasos minutos para el final, una jugada a balón parado mal defendida supuso la derrota de la Real. ¿Les suena?
Real Sociedad: Riesgo; Gerardo, Labaka, Víctor López, Castillo; Garitano, Aranburu, Xabi Prieto, Vaughan (Novo, min. 60); Díaz de Cerio (Uranga, min. 69) y Delibasic (Skoubo, min. 69). Sporting de Gijón: Roberto; Sastre, Gerard, Iván Hernández, Canella; Michel, Matabuena, Kike Mateo (Omar, min. 78), Morán (Pedro, min. 77); Diego Castro (Cámara, min. 87) y Barral.
Gol:
0-1. Diego Castro (min. 83)
La primera en la frente, reza el título de este artículo. Más bien sería la segunda, porque aquella ya cayó en Soria hace ocho días. El caso es que ayer era un partido de los de sí o sí. Era el momento de situarse y demostrar a todo el mundo (afición, equipo, rivales) a qué aspiramos esta Liga. El resultado fue más bien pobre.
Se podría hablar de los mismos fallos de siempre: jugadas a balón parado mal defendidas, centro del campo desastroso y últimos minutos faltos de concentración. Pero realmente, incidir siempre en lo mismo es absurdo cuando no se va a lograr nada. Una ya ha perdido toda esperanza porque se solucione alguno de esos cansinos problemas.
Sin embargo, del partido del sábado hay que destacar algo. Y es la falsa ilusión que dejó la primera parte. Es cierto que durante esos 45 minutos iniciales la Real pudo haber marcado pero no es menos cierto que el Sporting tuvo el partido dominado en todo momento. Dejó hacer a un equipo que no creó como en sus mejores días. Quizás porque Aranburu ya ha dejado prácticamente claro que jamás volverá a ser el que fue, quizás porque Vaughan estaba tocado, quizás porque Prieto tenía "un día de esos". O quizás por el Sporting demostró que este año tiene una buena apuesta para ascender. Tácticamente, nos dio un baño. Perfectamente replegados cuando teníamos la pelota, salía al contragolpe con bastante peligro. Entre medias, unas cuantas ocasiones que los txuriurdin no acertaron a convertir en tantos. Nos falta gol. Nos sigue faltando gol.
La segunda parte fue el acabose. El Sporting, cansado de esperar, decidió tomar la iniciativa. Y ahí es donde sacó los colores a la Real. Un centro del campo horrible, una "cualidad" que se acentuó con la salida de Novo, sirvió para que los gijoneses llegaran como y cuando querían hasta la zona de peligro de la Real, donde la defensa donostiarra demostró una y otra vez su gran calidad. Cuando ya la familia de Anoeta se las prometía felices y soñaba con el empate inmerecido llegó, una vez más, el jarro de agua fría. A falta de escasos minutos para el final, una jugada a balón parado mal defendida supuso la derrota de la Real. ¿Les suena?
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