lunes, 19 de octubre de 2009

Aterrizaje

Levante 1 - Real Sociedad 0

Levante: Reina; Pau Cendrós, Serra, Ballesteros, Ángel; Miguel Pérez (Gorka Larrea, m.22), Pallardó, Iborra, Juanlu; Xisco Nadal (Cerra, m. 85) e Igor (Jorge Pina, m. 72)
Real Sociedad: Bravo; M. González (De la Bella, m. 79), Labaka, Ansotegi, Estrada; Rivas, Xabi Prieto, Aranburu (Nsue, m. 63), Zurutuza, Griezmann; Agirretxe (Bueno, m. 46)

Gol:
1-0. m. 49, Igor. (p)

Hace tan sólo dos meses, al inicio de la Liga, éste equipo no daba la talla. Pasaron un par de jornadas y el pesimismo se apoderaba de la afición que lloraba ya un nuevo fracaso en segunda. Hace apenas siete días, la Real era más que candidata al ascenso. La euforia llenaba de pájaros la cabeza de gran parte de la familia txuriurdin que planeaba ya la fiesta del regreso a primera. Y ayer llegó el aterrizaje. Entre tanto vaivén, entre el trayecto de subida desde los infiernos hasta la gloria el sentido común se había desorientado.

La Real Sociedad perdió en Levante su primer partido de la temporada, un tropezón que no le aparta de los puestos de cabeza pero que debe servir para aprender muchas cosas. Lasarte tiene mucho que explicar y los futbolistas mucho que aprender pero también ha sido una lección, un toque de queda para la afición. La Liga es excesivamente larga y no ha hecho más que empezar, es demasiado pronto para echar a volar la imaginación.

El conjunto txuri urdin perdió su imbatibilidad en un partido en el que no fue ni sombra. En ningún momento demostraron los donostiarras capacidad de hacerse con el mando del partido. Quizás fuera el liderato, quizás la resaca mediática, y puede que el estado del terreno de juego influyera, el caso es que el Levante se impuso en todas las líneas y la única que trabajó en la Real fue la defensiva.

Los Griezzman, Zurutuza, Agirretxe y Prieto a los que tanto se ha agasajado en las últimas semanas apenas entraron en el juego de la Real. La batalla se perdía en el centro del campo donde la Real era incapaz de imaginar dos pases seguidos y las continuas pérdidas de balón ponían en aprieto a la zaga donostiarra. Nada cambió tras la reanudación y en una desafortunada acción llegó el gol local en forma de penalti.

Pareció resucitar la Real que, aún en fuera de juego, logró un gol correctamente invalidado. Fue un espejismo. La Real ponía las ganas pero el Levante supo administrar la renta y, a pesar de los intentos donostiarras, más con el corazón que con la cabeza, estaba más cerca el segundo gol del Levante que el donostiarra. La Real perdió tres puntos, pero, quizás, y sólo quizás, ganara una pequeña dosis de humildad y realidad que pueden ayudarle a ponerse en el buen camino.

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