Mal día eligió Claudio Bravo para errar. Mal día, sobre todo, porque con su fallo dejaba en evidencia sus palabras días antes del partido. Se quejaba el meta chileno de no sentirse valorado, y aclamado por la grada al grito de “Bravo, Bravo, Bravo”, abandonó el campo en el minuto 10 tras dejar al equipo con uno menos en un error garrafal. La afición de Anoeta mostró una vez más su cariño al portero internacional, uno de esos fichajes que tan hondo han acabado calado en la afición. Uno de tantos.
El domingo la revista de Anoeta ilustraba su portada con la fotografía de Darko Kovacevic, y en el interior recogían una entrevista –traducida al euskera- con el yugoslavo. Darko, que se ha convertido en uno de los jugadores más queridos de los que han vestido la camiseta de la Real, como mucho antes Kodro. Y se me ocurren muchos más: Gica Craioveanu, Tayfun, Nihat, Karpin, entre otros. Todos ellos, con un denominador común: entregados en el campo.
Me gustaría saber la opinión de Riesgo tras oír o leer las desafortunadas declaraciones de Bravo. El mismo portero que tanto prometía en el Sanse y en las categorías inferiores de la selección española, que el año pasado recibía halagos en las tardes radiofónicas de domingo defendiendo la portería del Recreativo de Huelva, el mismo que vio su futuro truncado por un fichaje igual de acertado como innecesario, el mismo que se va a ir por la puerta de atrás, con más negativo que positivo por recordar, y que se erige como el malo del cuento. El mismo que no recibió ese cariño de la afición.
No es Bravo el más adecuado para realizar esas declaraciones. Puede que a Bueno le duelan los cánticos de "Agirretxe, Agirretxe" cada vez que falla un gol. Pero puede que Imanol Agirretxe recuerde también las extrañas ovaciones a Necati la temporada pasada mientras él calentaba banquillo, mientras Anoeta pitaba a Aranburu (¡a Aranburu!), o mientras a Xabi Prieto, tan halagado ahora, le pitaban los oídos.
Se le olvida a Bravo, que tanto él como Bueno, como Estrada o como De La Bella, deben demostrar en el campo la inversión realizada por ellos. Que están aquí para mejorar siempre lo presente, y que como tal deben ganarse el cariño de la afición.
1 comentario:
Hay jugadores que se ganan las ovaciones, aunque la cagen, en el campo. Bravo es uno de ellos. Fuera de ellos ha tenido cosas buenas, como su sinceridad a la hora de decir que quiere irse a un grande, pero también cosas como las declaraciones y "rectificaciones" con las que nos está marenado esta semana. Los jugadores de buen rendimiento siempre son queridos en Anoeta, y podríamos discutir mucho sobre si el hecho de ser de casa es más traba o apoyo, según el jugador, según el aficionado. Pero lo que es claro es que está afición tiene muchas cosas malas, pero no la de castigar al que lo está haciendo medianamente bien. Afortunadamente para Bravo lo que se tendrá en cuenta de su trabajo es su trabajo en el campo, no fuera de él. Ahora solo falta que se de cuenta de su error y que siga rindiendo bien cuando lo haga. Y por amor de Dios.... ¡Que deje de regatear en su propia área!
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