Rápidos, fugaces, los pasos se suceden uno a otro. Con mucho ruido aunque camuflado de fuegos de artificio, la Real avanza hacía el principio del final, o el final del principio, escribiendo la crónica de su propia muerte anunciada. Y, conocedora de su destino, parece que quisiera acelerar lo máximo posible la llegada de ese desenlace final.
Y es que no se entiende, si no, que una vez más estemos metidos de lleno en un proceso electoral, rápido, sin preverlo, sin pensarlo, sin meditarlo, sin asimilarlo, sin prepararlo, sin digerirlo. Se crea así una nueva categoría: el del aficionado de la Real que es capaz de caer no ya dos veces, sino hasta tres -y las que nos rondarán- en la misma piedra. Y es que, sea cual fuere el resultado de las elecciones del próximo enero, el equipo ya ha perdido.
La Real perdió en el mismo momento en el que una vez más se abogó por la contradicción, por la repetición, por la obcecación: las prisas, las acusaciones, las quejas y las ansias. El aficionado, dolido por el descenso -lógico-, piensa sólo en volver, sin mirar más allá de junio de 2008, sin pensar en las consecuencias que pudiera traer una mala planificación del regreso. Y es que, volver a cualquier precio, no siempre es el mejor método para conseguir los fines: vivir en primera. Porque las prisas son malas consejeras, que dice el refrán, y las prisas, se pagan. Y de eso, por desgracia, sabemos mucho.
Desde que se consumara el descenso pocos o nadie, quitando los jugadores, han salido a entonar el 'mea culpa'. Eso sí, rápido salieron los dedos a pasear y señalar. Dedos dirigidos por aquellos que meses antes no sólo aplaudían a los ahora acusados, sino que les pedían lo que después provocó el descenso. Y es que, la afición txuri-urdin, azuzada en gran medida por los medios de comunicación, ha desencadenado en parte una situación que ha querido ni sabido asumir. Se le ha exigido al club vivir por encima de sus posibilidades, siempre a cuenta de los demás -de mi bolsillo no se rasca- y no se le ha perdonado el no ser capaz de hacerlo.
3 comentarios:
Buen análisis de la situación actual, pero discrepo en la oportunidad o inoportunidad de estas elecciones o la necesidad o prioridad del ascenso.
Si este proceso sirve, como ha servido, para cuestionar el modelo de club que tenemos o queremos, con sus ventajas o inconvenientes o identificar los problemas estructurales de nuestro club algo habremos avanzado.
Institucionalmente, cito el modelo de accionariado atomizado, entre comillas, frente a un accionista de referencia que aporte su capital.
Economicamente cito abrirnos y adaptarnos a un mundo globalizado en el que puede haber oportunidades hasta ahora desconocidas y no explotadas nunca, que podrían hacer que nuestro club entrase en otra dimensión. Estructuralmente, uno de nuestros males es la falta de patrimonio o la incapacidad de generar recursos hoy día, en mi opinión.
Definir de una vez cual es el modelo deportivo que queremos. Para mí, cantera más refuerzos de jugadores de calidad es la línea a seguir. Pero para aspirar a ello es necesario solucionar parte de los problemas estructurales que he citado anteriormente. Los buenos jugadores cuestan dinero, y para acceder a ellos hay que ofrecerles algo más que las bonitas vistas de la la bahía de la Concha o Txakoli de Getaria.
Y socialmente, romper con la actual dinámica de frentes que tantas heridas y muertos ha dejado durante los últimos años. Quien pase a dirigir nuestro club tiene que tener como mandato de los accionistas, entiendo yo, buscar un consenso en el que todas las sensibilidades se sientan partícipes de un todo.
Y en cuanto prioridad de subir a primera división cuanto antes, viene dada por la dramática situación económica que vivimos hoy día. Esta situación aprieta tanto que eclipsa cualquier otro análisis a más largo plazo. La amenaza de una ley concursal y convertirnos en un nuevo Sporting o peor aún, en un nuevo Oviedo la tenemos que tener presente. Otros no pensaron que les podía tocar y ahora ya no están para contarlo
A mi entender estas elecciones están creando más fracción aún, si esto era posible, dentro de la familia txuri urdin, un ambiente de crispación que está llevando a la masa realista al borde de la guerra civil, si las cosas salen más se echaran unos a por la cabeza de los otros, y si salen bien los otros a por las de los unos...
Económicamente, jamás vamos a llegar a albergar todo el oro del mundo, por lo que para mantener jugadores de primer nivel tendremos que recurrir a la bahía de la Concha y o al Txakoli de Getaria, y eso si no acabamos dilapidando el poco dinero que nos queda en más Rivas y Juanitos, al fin y al cabo ha sido esa ansia de fichajes que llenen huecos la que nos ha llevado a esta situación económica.
Que por otra parte está claro que es preocupante pero igual que no es tan buena como unos la pintan no es tan mala como dicen otros y subir de cualquier modo para volver a bajar por la vía rápida puede ser más sangrante que aguantar un año más en Segunda para sanear y crear una buena base para subir y mantenernos.
Uno de los mejores análisis que he visto de lo que vivimos. Ojalá sea el final de una era y el principio de otra.
Y sobre la necesidad de subir y el equilibrio económico, Liza, la cuestión es tan "sencilla" como gastar lo que ganas, o un céntimo menos, pero no un céntimo más. En 2005, Denon se encontró con que gastábamos 2000 millones de pesetas más de lo que ganábamos. Han cerrado el grifo, año a año, hasta conseguir un nivel de gasto aceptable. En el camino, deportivamente lo hemos hecho tan mal que estamos en segunda, y los ingresos también caen. Pero el camino NO PUEDE ser volver a aumentar el gasto, hay que aguantar y jugárnosla a que subimos sin gastar lo que no tenemos, porque no vamos a poder volver a cortar el gasto.
Un saludo, Mátame
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